Nuestro país enfrentó en los últimos meses una crisis que, según coinciden todos los sectores, afectará a la actividad económica en el corto y mediano plazo. Ahora es cuando debemos demostrar que Argentina puede salir adelante de esta situación de emergencia con diálogo y propuestas, y sin conflictos sociales en las calles.
Para lograrlo, tenemos que elaborar un acuerdo base del que participen representantes de todos los sectores: Estado, trabajadores y empresarios. Trazar un camino conjunto y serio redundará en beneficios compartidos, con aumentos en la productividad y creación de nuevos puestos laborales industriales de calidad.
Creo que Argentina tiene una tarea pendiente desde hace diez años y que, de realizarla, podría funcionar como una solución a este contexto: multiplicar y diversificar sus exportaciones. Debemos apostar al superávit interno -no gastar más de lo que recaudamos-, pero también al superávit externo. Históricamente, la falta de dólares demostró ser en el país la principal causante de nuestros problemas.
Por ello, debemos apostar a las exportaciones industriales como una solución no sólo a esta situación de emergencia, sino como resguardo ante futuras crisis cíclicas. Con un mercado interno golpeado, debemos buscar mercados fuera de nuestras fronteras. De esta manera, también garantizaremos los puestos laborales ya creados en nuestras industrias.
En este acuerdo, el aporte del Estado será clave. Desde hace décadas, los industriales coincidimos en que hay una serie de factores que afectan directamente a nuestra productividad: impuestos altos, altas tasas para financiamiento de PyMes, leyes laborales obsoletas y sobrecostos innecesarios al momento de exportar, son sólo algunos de ellos.
Para ayudar en la solución, el Estado debe comenzar a tomar medidas sobre estos puntos e, igual de importante, interiorizarse a fondo con cada región y sector: conocer en profundidad las necesidades e inconvenientes de cada rama ayudará a aplicar políticas adecuadas y a medida para cada segmento.
Estamos ante un momento en el que, como argentinos, podemos demostrarnos que somos capaces de usar una crisis para mejorar en conjunto, a través del diálogo y el trabajo. Los industriales estamos dispuestos a aportar ideas y a trabajar para solucionar, de una vez por todas, las causas que históricamente nos llevaron a estas crisis cíclicas.
Debemos estar juntos para atravesar este momento y actuar rápidamente para no volver a tropezar siempre con la misma piedra.