La reciente devaluación del peso dejó a la Argentina en una situación favorable para aumentar su volumen exportador. La historia enseña –sin embargo– que para alcanzar un crecimiento sostenido de nuestras exportaciones, no es suficiente un tipo de cambio competitivo. Debemos dar un salto en nuestra productividad.
Eso es lo que hicieron los países de la región que lograron mejorar su perfil exportador: estudiaron los factores que encarecían sus productos y trabajaron para corregirlos.
Los argentinos necesitamos dar ese salto. Sopesar nuestras debilidades y fortalezas como país, analizar las oportunidades que nos ofrece el mundo, y trazar un plan estratégico que defina cuáles serán los productos que buscaremos exportar y a qué países los venderemos.
En mi opinión, los factores que nos permitirían mejorar nuestra productividad para competir con el mundo, son los siguientes:
1. Incorporación de tecnología. Para aumentar nuestra competitividad es indispensable diseñar un plan de transferencia tecnológica que aumente el valor agregado de nuestras exportaciones en su conjunto.
2. Acceso al financiamiento. Es otro requisito indispensable. Sin buenas condiciones de financiamiento, es impensable que los industriales logren producir bienes a valores competitivos.
3. Reducción de impuestos. Como se ha señalado muchas veces, hoy Argentina exporta impuestos, lo cual torna inviable competir con el resto del mundo. El sube y baja de impuestos y reintegros que hemos visto en las últimas décadas no hace sino dificultar las cosas. El desafío pasa por reducir la presión fiscal que ahoga a las #PYMES y aumenta el precio de sus productos exportables.
4. Eliminación de trabas burocráticas. La infinidad de trámites, permisos y visados que un empresario debe gestionar para colocar sus productos en un mercado externo, es otro de los grandes frenos a nuestra expansión comercial internacional. Si queremos vender nuestros productos al exterior, tenemos que generar condiciones para que cualquiera pueda hacerlo en forma rápida y sencilla, sin sobrecostos logísticos o burocráticos evitables.
5. Actualización de leyes laborales. Para lograr una mejora sostenible en la productividad de nuestras #PYMES, es imprescindible liberar su capacidad de generar valor, que hoy se encuentra gravemente comprometida por tasas de ausentismo récord, y por una gigantesca “industria del juicio”, que todos los días frena planes de expansión y retrae inversiones. Nuestras leyes laborales, pensadas para proteger al trabajador, han terminado por perjudicarlo y deben ser actualizadas con urgencia.
6. Educación y capacitación. La formación del personal industrial es indispensable para aumentar la productividad y aplicar nuevas tecnologías en los procesos.
Estos son algunos de los pilares sobre los que otros países construyeron sus políticas exportadoras de largo plazo, países que hoy exportan entre un 30% y un 40% de su PBI.
Si queremos superar las crisis cíclicas que castigan a nuestro país, e independizarnos de las ventajas circunstanciales que un tipo de cambio competitivo puede darnos, es imprescindible que encaremos estos cambios profundos de manera urgente. Es una gran oportunidad que la Argentina en su conjunto merece aprovechar.