Este lunes tuve el honor de participar de la 113ª Conferencia Internacional del Trabajo en representación del sector empleador argentino y como presidente de la Unión Industrial Argentina.
Resalté que necesitamos competitividad para este sector transable, condiciones para invertir y reglas claras globales para producir y para continuar generando empleo de calidad y ser el motor del desarrollo sostenible.
Si bien existe una necesidad de articular empleo, derechos, productividad y crecimiento, es crucial recordar que no hay creación de empleo sostenible sin competitividad, especialmente en los sectores transables de la economía.
En el caso de la Argentina, debe existir una agenda clara e impostergable: el orden macroeconómico, que es la condición necesaria para promover el desarrollo sostenible.
En nuestro país hace más de una década que el empleo formal está estancado. Se deterioró la competitividad del sector transable, ahogado por costos crecientes, regulaciones desactualizadas, presión impositiva y falta de infraestructura.
Desde el sector industrial argentino trabajamos por una agenda integral de competitividad productiva que incluya:
-Una legislación laboral moderna que sintonice con las demandas de este siglo.
-Reducción de la litigiosidad y adecuación del sistema de riesgos del trabajo para evitar abusos y fraudes.
-Baja de los costos no salariales para facilitar la formalización del empleo, sobre todo en las PyMEs.
-Mayor acceso al crédito productivo para inversión en formación técnica y tecnología.
Destaco también el valor del diálogo social. Para los empleadores, el tripartismo no es sólo un principio institucional, sino una herramienta concreta para construir consensos en torno a una nueva agenda productiva.
Necesitamos un nuevo contrato productivo basado en el trabajo formal, la innovación, la competitividad y la equidad.
Por último, hay que subrayar que la transición digital y la sostenibilidad no deben convertirse en una nueva fuente de desigualdad y debe haber apoyo a las PyMEs, que no pueden enfrentar solas ese desafío si seguimos con mercados financieros poco desarrollados y crédito escaso.