Hoy tuve el honor de presidir la 30° Conferencia Industrial de la Unión Industrial Argentina.
Discurso de apertura:
Buenos días a todos, quiero darle un gran saludo a las autoridades gubernamentales presentes, especialmente al Jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, el Sr. Jorge Macri. A las autoridades de la UIA y de las organizaciones empresariales que nos acompañan. Al equipo de la UIA por el enorme trabajo que realizaron para el desarrollo de este evento y a todos los industriales aquí presentes
Llegamos a esta conferencia industrial nuevamente en un proceso de cambios. Cambios locales y globales que impactan directamente en nuestra actividad.
Ante estos cambios, debemos analizar de dónde venimos y porqué llegamos hasta acá.
Nosotros, los industriales siempre queremos tener las fábricas en funcionamiento, produciendo, vendiendo, despachando, focalizados en crecer. Aún así tenemos que entender el funcionamiento sistémico de nuestro país, y cómo medidas generales tienen un impacto negativo en nuestro sector.
Por ejemplo:
-Cuando se sostuvo el consumo con emisión monetaria, el resultado fue un proceso inflacionario que nos perjudicó ya que destruimos el ahorro y las posibilidades de obtener crédito a gran escala.
-Cuando se generaron distorsiones macroeconómicas, el ordenamiento posterior siempre fue más costoso.
-Cuando se rompieron los contratos, se destruyó la confianza para tener las inversiones en infraestructura que hoy nos hacen falta.
-Cuando no fue posible disponer de las ganancias, los empresarios no invirtieron.
-Cuando no se pagó el costo real de la energía, no solo no se garantizó el abastecimiento para nuestras industrias, sino que asumimos un costo mayor al importarla.
-Cuando se elevó el gasto público de 25 a 44 puntos del PBI, sufrimos un aumento de la presión impositiva que nos quitó competitividad, llegando a tener la presión fiscal más alta del mundo.
-Cuando no se modernizó la legislación laboral, se promovió la industria del juicio, la informalidad, las tomas y los bloqueos de plantas que generaron desaliento al empleo de calidad.
Todo esto atentó sistemáticamente contra el desarrollo industrial, dejando como resultado más de una década sin crecimiento y sin generación de empleo.
Tenemos que asumir, como sociedad, que no generamos los consensos para el crecimiento del sector privado. Sólo hubo acuerdos para aumentar el gasto público, las regulaciones burocráticas y los impuestos.
Hoy estamos -una vez más- frente a un nuevo escenario en el que se proyecta un orden macroeconómico, estabilidad y baja inflación. Un proceso de reacomodamiento de precios relativos y actualizaciones necesarias para la generación de empleo. Un nuevo esquema, que nos presenta desafíos a trabajar.
Por eso la propuesta para esta trigésima Conferencia industrial es: “Una industria productiva en un país competitivo”.
En el primer panel, se presentará la situación de nuestro sector comparado con los países del mundo. Entenderemos que Argentina tiene altos estándares de productividad (lo que sucede puertas adentro) y grandes desventajas de competitividad (puertas afuera).
A continuación, veremos que hoy, el mundo volvió a priorizar y debatir la agenda industrial. Occidente está recuperando su producción, el famoso “reshoring”. Es por ello que convocamos a especialistas internacionales que nos explicarán qué hizo Brasil, qué hizo Europa, qué hicieron estos países para integrarse al mundo manteniendo las cadenas productivas y focalizando en la defensa del sector industrial. Analizaremos también el acuerdo “Unión Europea – Mercosur”, su implicancia para la región y los criterios de sustentabilidad que nos exige el mundo.
En el tercer panel dialogaremos sobre el impacto de la revolución de la Inteligencia Artificial. Veremos cómo los avances tecnológicos han llegado para cambiar la eficiencia de nuestras fábricas y para transformar su funcionamiento. La tecnología y la industria están hermanadas.
Luego, con los Gobernadores de 4 Provincias, dialogaremos sobre la importancia de asumir los compromisos en los distintos niveles del Estado para construir la competitividad del sector industrial.
Posteriormente discutiremos la necesidad de trabajar en Leyes específicas para las Pymes, que contemplen sus necesidades en materia tributaria, que promueva la inversión y otorgue incentivos para el crecimiento y la multiplicación de las industrias. Hoy en Arg tenemos 60.000 empresas industriales, mientras que Brasil nos duplica en empresas por habitante – (tiene 600.000), España nos triplica (tiene 200.000) e Italia nos cuadriplica (con 400.000). Necesitamos más empresas industriales.
Dialogaremos sobre la función de la industria como integrador social. Tal vez un intangible, pero la industria es generadora de oportunidades, con inclusión. Por cada empleo industrial hay 4 puestos de servicios y comercio que desarrollan las comunidades donde se establecen.
En el último panel, analizaremos el rol de la energía (renovables y no renovables) y de la minería como dinamizadores de la economía, los grandes factores que permitirán consolidar el crecimiento, así como también el desarrollo local de las cadenas de valor.
Al final del día, nuestro mensaje en esta conferencia, y no nos cansamos de repetirlo, es que nuestros productos son transables, competimos con el mundo y estamos sometidos a otro nivel de exigencia. Competimos con países con otras condiciones y con otras reglas.
Esto demuestra que los industriales no hemos tenido, no tenemos, ni pedimos privilegios. No queremos protección, queremos igualdad de condiciones para poder competir. Y es ante la falta de igualdad que necesitamos una defensa. Defensa del ataque de países que subsidian la producción, los insumos y las exportaciones. Países y sistemas que no cumplen con las reglas del comercio internacional establecidas.
Hay un ejemplo que grafica muy bien nuestra situación. ¿Alguien cree que Argentina hubiera salido campeón del mundo si Messi hubiera jugado todos los partidos con una mochila de piedras en la espalda?
El Estado debe nivelarle la cancha a la industria nacional y el tiempo es un factor clave en este proceso de integración.
Para finalizar, quiero hablar de nosotros, de los empresarios industriales. Día a día recorro infinidad de empresas pymes, medianas y grandes, y tengo un orgullo inmenso por el empresariado Argentino. Por su compromiso, dedicación, por cada familia detrás de las empresas Pymes, por los líderes de las empresas medianas y grandes, todos ellos comprometidos con nuestro país, sus empresas, su gente y sus productos.
A veces escuchamos muchos ataques al empresariado nacional, y hoy quiero aprovechar para hacer una reivindicación al industrial Argentino: es un sobreviviente a un constante proceso de cambio.
Somos nosotros, los empresarios que generamos empleo y pagamos impuestos, quienes sostenemos el Estado. Queremos respeto, como se respeta en todos los países -donde se entiende el rol fundamental que tenemos en una sociedad- para el bienestar de la población. La industria aporta el 30,2% del total de la recaudación y es el sector que agrupa la mayor cantidad de puestos de trabajo formales (1.264.000).
Estamos de acuerdo con el Presidente en que el sector privado es el motor para el crecimiento del país. Y el sector privado somos nosotros, es con nosotros. Hay que entender que no hay país que crezca sin un empresariado nacional pujante y que lidere esa transformación.
Argentina es un gran país y tiene un gran sector industrial. Resiliente, con fuerza, creativo, que se arriesga y que invierte.
Deseo que esta conferencia sea el puntapié inicial para que juntos podamos construir “Una industria productiva en un país competitivo”.
LA 30° CONFERENCIA INDUSTRIAL COMPLETA: